Creating a brand: el proceso creativo detrás de Boris

Un mes después del lanzamiento de Boris, levantamos ligeramente el telón para revelar la historia que se esconde tras su identidad. Porque, aunque a simple vista pueda parecer una marca espontánea, lo cierto es que nada fue casualidad

Cada color, cada forma, cada palabra y cada decisión fue cuidadosamente pensada para transmitir la esencia de un nuevo concepto de club dentro de Grupo Costa Este: una marca con propósito, un universo en construcción, con carácter y personalidad que apenas comienza a tomar vida.

El porqué de Boris

El nombre “Boris” nace como un guiño a su ubicación, en la calle Bori i Fontestà, pero también como una forma de darle identidad y alma al espacio.

“Queríamos un nombre corto, con fuerza, fácil de recordar y con cierto misterio, como si el propio club fuera un personaje. No se trata solo de entrar a un local, sino de entrar a Boris: una experiencia donde tecnología, música y emoción se funden en un mismo pulso”, nos comenta Jorge Bordas, uno de los líderes del proyecto empresarial.

Todo lo que envuelve al diseño gráfico de la nueva marca

Lo que inicialmente iba a ser solo uno de sus recursos gráficos, terminó convirtiéndose en el epicentro visual de Boris. No es solo un símbolo; es una invitación. Representa el acceso a un mundo oculto, selecto y cuidadosamente diseñado para quienes saben apreciar la noche desde un lugar diferente. 

Una llave que no abre una puerta física, sino una atmósfera.

Para entender cómo nació esta imagen tan icónica, hablamos con David, diseñador gráfico de Costa Este, quien ha dado forma al universo de Boris desde su primer trazo. Crear la identidad de marca de Boris, en colaboración con el equipo de Marketing, fue un reto muy interesante. Fusionar mundos clásicos y elegantes con otros más modernos y alternativos me permitió explorar una amplia gama de recursos gráficos que, al combinarse, dieron vida a una marca vibrante, misteriosa y contemporánea”.

David nos explica que uno de los mayores retos fue encontrar el equilibrio entre lo clásico y lo tecnológico, entre el aura de un club privado y la energía vibrante del futuro que Boris promete. 

Por eso la marca se construyó como un sistema vivo, preparado para mutar en eventos, instalaciones luminosas, piezas digitales y experiencias multisensoriales.

Una vez concluida la fase de diseño, en septiembre comenzó una obra que materializa todo lo desarrollado.

La luz como lenguaje: Futur2 y la atmósfera de Boris

Si el nombre, la identidad y el concepto de Boris construyen su personalidad, la iluminación es, sin duda, el alma que le da vida. Desde los primeros pasos del proyecto, Grupo Costa Este tenía claro que el nuevo club debía respirar un ambiente propio, distinto, casi cinematográfico.

Para lograrlo, confiaron en el estudio Futur2, especialistas en interiorismo escenográfico y diseño de experiencias sensoriales, dando lugar a un espacio donde el diseño no se limita a lo estético, sino que construye emociones. 

La iluminación se convierte en el hilo conductor que acompaña a la música, al público y a la propia historia del club.

Con todo este proceso creativo, Boris se presenta como mucho más que un club: es una identidad cuidadosamente preparada para sorprender y transformarse. 

Boris no solo abre sus puertas; abre un mundo gráfico y sensorial. 

¿Estás listo para entrar?

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